domingo, 11 de outubro de 2009

La Carga

Hace un tiempo me puse a observar detenidamente la vida de las hormigas, y confieso que quedé asombrado al verlas trabajar con tanto orden y empeño.



Pero una hormiga en particular atrajo mi atención. Negra y de tamaño mediano, la hormiga llevaba como carga una pajita que era seis veces más larga que ella misma.
Después de avanzar casi un metro con suma dificultad, llegó a una especie de grieta, estrecha pero profunda, formada entre dos grandes piedras.
Probó cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano. La pajita dificultaba aún mas la ya difícil tarea de pasar a la otra parte de la grieta. Hasta que por fin la hormiguita hizo lo insólito.

Con toda habilidad apoyó los extremos de la pajita en un borde y otro de la grieta, y así construyó un puente, sobre el cual pudo atravesar el abismo.
Al llegar al otro lado, tomó nuevamente la pajita que era su carga y continuó su viaje sin inconvenientes.
La hormiga supo convertir su carga en un puente, y así pudo continuar su viaje. Sin esta carga, no hubiera podido avanzar en su camino. Pasó el obstáculo por saber manejar su carga, usándola para bien.


Muchas veces nos quejamos por problemas, cargas y pruebas que nos llegan; sin darnos cuenta que esas "cargas", -bien tomadas-, pueden convertirse en puentes y peldaños que nos ayuden a triunfar.

Cuando Dios te distingue, es para darte ventaja para una causa; así vemos como Dios levantó a Aod hijo de Gera, que era zurdo, para una tarea especial. (Jueces 3: 12-30)
Jacob tuvo un encuentro con Dios en Peniel y quedó cojo, pero desde entonces caminó mejor, porque comenzó a caminar con Dios y a ser de bendición. (Génesis 32: 22-32)

Si estás soportando alguna dificultad, recuerda que Dios lo ha permitido con un propósito, para hacerte bien, para ayudarte. José fue vendido como esclavo, encarcelado injustamente, pero Dios hizo que llegara a ser gobernador de Egipto.

"Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo". (Génesis 50: 20)

Confía en que Dios te va a ayudar y que tiene un propósito para ti. No existe "piedra" en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento.
"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados". (Romanos 8: 28)